Los inversionistas inmobiliarios de Estados Unidos que buscan una propiedad vacacional que les permita aprovechar la fortaleza del dólar, históricamente han mirado tanto al norte como al sur de la frontera. Sin embargo, la prohibición de compradores extranjeros en Canadá ha impactado significativamente el mercado inmobiliario, especialmente para los inversionistas internacionales que deseaban beneficiarse de la reputación del país por el alto valor de sus propiedades.
Esta política, diseñada para enfriar los precios de la vivienda y mejorar la accesibilidad para los residentes canadienses, restringe a los no residentes la compra de propiedades residenciales, particularmente en zonas urbanas y ciudades medianas, que suelen ser las áreas que presentan el mejor retorno de inversión.
Para los compradores estadounidenses, esta prohibición limita las oportunidades en un mercado que antes resultaba atractivo por su cercanía, economía estable y sólidas protecciones legales para los propietarios. Con Canadá fuera de la ecuación, los inversionistas están buscando nuevas alternativas que ofrezcan beneficios similares sin regulaciones restrictivas. Y México se destaca como una de las mejores opciones, por varias razones.
En primer lugar, el mercado inmobiliario mexicano está abierto y es acogedor para los compradores extranjeros, permitiendo adquirir condominios, casas y terrenos con relativa facilidad, respaldado por marcos legales transparentes y servicios inmobiliarios profesionales. Además, la excelente conectividad aérea —con vuelos directos desde 20 ciudades de EE. UU. hacia Puerto Vallarta— hace que sea muy conveniente para los compradores estadounidenses gestionar sus propiedades y visitarlas con frecuencia, disfrutando de todos los beneficios de tener una casa vacacional en PV.
En segundo lugar, México ofrece precios atractivos en comparación con muchos mercados estadounidenses, lo que permite que el capital de inversión rinda más. Y la fuerte demanda turística y de expatriados en Puerto Vallarta asegura buenas oportunidades de ingreso por rentas, así como una apreciación sostenida del valor de las propiedades.
Y por supuesto, la vibrante cultura de Puerto Vallarta, su clima cálido, oferta gastronómica, seguridad y una infraestructura en constante expansión lo convierten en un lugar deseable no solo para invertir, sino también para disfrutar personalmente de tu propiedad cuando no la estés rentando a corto plazo.
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